
Tras informes que sugieren que el 75% de los cigarrillos electrónicos se compran a través de canales ilegales, el gobierno del estado de Victoria está recibiendo llamados para revisar sus leyes sobre cigarrillos electrónicos.
En febrero de este año, la Asociación Australiana de Tiendas de Conveniencia (AACS) sugirió que el gobierno de Victoria introdujera un esquema de licencias minoristas para fortalecer los poderes de investigación y aplicación de la ley, aumentar las sanciones y combatir los productos ilegales de tabaco y cigarrillos electrónicos.
Una encuesta sobre el tabaquismo y la salud en Victoria, publicada esta semana, revela que el estado cuenta con 300,000 usuarios de cigarrillos electrónicos, tres cuartos de los cuales adquieren sus e-cigarrillos a través de canales ilegales.
Theo Foukkare, CEO de AACS, ha afirmado que la falta de acción por parte del gobierno de Victoria respecto a las sugerencias proporcionadas por AACS para mejorar la regulación ha llevado a un rápido aumento del próspero mercado negro. Foukkare declaró que los miembros de su organización, muchos de los cuales son pequeñas empresas familiares, así como otros minoristas legítimos, están experimentando disminuciones significativas en el tráfico de clientes y pérdidas en las compras casuales, ya que los usuarios adultos de cigarrillos electrónicos se ven obligados a adquirir productos ilegales de proveedores clandestinos.
Una investigación encargada por AACS revela que más de 1,1 millones de adultos australianos utilizan cigarrillos electrónicos, de los cuales el 88% compra nicotina ilegalmente a través del mercado negro sin receta médica.
La falta de licencias y aplicación en el comercio minorista, combinada con el modelo de prescripción del gobierno federal anterior para los cigarrillos electrónicos de nicotina, ha llevado a un millón de consumidores adultos a comprar ilegalmente estos productos.
Nadie sabe realmente lo que están comprando. Los proveedores ilegales están vendiendo a cualquiera, eludiendo los impuestos al consumo, los equipos eléctricos y los estándares de ingredientes, y poniéndolo a disposición de los jóvenes sin necesidad de una identificación obligatoria de edad.
Foukkare propuso que necesitamos cambiar de manera inmediata hacia un mercado minorista estrictamente regulado, que incluya estándares para los productos y el embalaje, permisos para los minoristas y sanciones por ventas a personas menores de 18 años.
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