
Activistas del cigarrillo electrónico de todo el mundo están instando al Departamento de Salud de Australia a poner fin a su continua represión contra la industria local del cigarrillo electrónico. Este llamado a la acción surge como respuesta a una notificación recibida por los propietarios de tiendas de cigarrillos electrónicos en Australia, exigiendo que cesen sus operaciones en un plazo de 14 días.
Diecisiete organizaciones globales de consumidores de vapeo han firmado una carta conjunta en apoyo a los vapeadores australianos. Michael Randell, director del grupo mundial de defensa del vapeo, el Foro global de cigarrillos electrónicos y vapeo, afirmó que tales acciones podrían llevar a una crisis de salud pública.
Vapear es una salvación para más de 80 millones de personas que intentan dejar de fumar. Actualmente, es la herramienta más exitosa para dejar de fumar, reconocida en países como el Reino Unido, Francia y Nueva Zelanda. Cerrar las tiendas de vapeo no solo obliga a los vapeadores a recurrir al mercado negro para obtener sus productos preferidos, sino que también impide que muchos fumadores abandonen los cigarrillos tradicionales, ya que les resultará difícil encontrar alternativas en el mercado. Limitar el acceso a herramientas de reducción de daños mientras se siguen comercializando productos de tabaco tradicionales sienta las bases para un desastre de salud pública, según Randall.
La falta de productos disponibles aumentará el número de productos ilícitos en el mercado negro.
La carta hizo hincapié al primer ministro australiano Scott Morrison que las supuestas disposiciones en la Ley del Tabaco que prohíben la venta de todos los materiales de cigarrillos electrónicos y líquidos mencionados por los inspectores de salud en realidad no existen. También explicó que una prohibición completa impediría que productos de alta calidad ingresen legalmente al mercado, lo que resultaría en un aumento de productos ilegales y de baja calidad en el mercado negro, lo que podría tener consecuencias desastrosas para la salud pública.
El vapeo ha ayudado a millones de australianos a dejar de fumar, pero debido a la falta de acceso a información confiable y productos de alta calidad en el mercado, muchos usuarios de cigarrillos electrónicos que dejaron de fumar con el vapeo corren el riesgo de recurrir al mercado negro o volver a los cigarrillos tradicionales. La actual represión a las tiendas de cigarrillos electrónicos está poniendo en riesgo la vida de millones de habitantes de Australia Occidental y debe abordarse de inmediato.
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