Cuestionando la prohibición: regulación de cigarrillos electrónicos en Argentina

Según el medio de comunicación argentino Eleconomista, el 14 de agosto, la asociación argentina de cigarrillos electrónicos expresó preocupación por las políticas de regulación del gobierno sobre los cigarrillos electrónicos. Si bien reconocen que los cigarrillos electrónicos no son completamente inofensivos, la asociación sostiene que, para aquellos que no pueden o no quieren dejar de fumar, los cigarrillos electrónicos pueden reducir los riesgos asociados con el tabaco tradicional en un 95%. Como resultado, están solicitando una regulación independiente que no equipare los cigarrillos electrónicos con el tabaco tradicional.

Aproximadamente un millón de argentinos están utilizando actualmente cigarrillos electrónicos.

Los cigarrillos electrónicos y los productos de tabaco calentado están ganando popularidad en todo el mundo, no solo entre aquellos que buscan opciones no combustibles y con menor contenido de nicotina, sino también entre las personas que disfrutan de inhalar vapor con sabor sin nicotina.

En Argentina, el uso de estos productos no ha sido legalmente sancionado y se estima que actualmente hay alrededor de un millón de personas en todo el país que utilizan cigarrillos electrónicos.

Sin embargo, desde 2011, las ventas, importación, distribución, promoción y publicidad de los cigarrillos electrónicos han sido prohibidos de acuerdo con las regulaciones establecidas por la Administración Nacional de Alimentos, Medicamentos y Tecnología Médica (ANMAT). Además, el Ministerio de Salud ha prohibido el uso de productos de tabaco calentados a partir de marzo de 2023.

En comparación con el consumo de cigarrillos tradicionales, la nicotina y aproximadamente 7000 sustancias tóxicas en los cigarrillos son altamente adictivas y pueden potencialmente causar enfermedades respiratorias, dolencias cardiovasculares y diversos tipos de cáncer, incluyendo cáncer de pulmón, de garganta y de laringe.

Según estadísticas publicadas por el Ministerio de Salud de Argentina, el 22.2% de los adultos mayores de 18 años son fumadores. Aproximadamente 45,000 personas mueren cada año debido al tabaquismo, lo que representa el 14% del total de fallecimientos.

El consumo de cigarrillos sigue siendo motivo de preocupación cada año debido a su impacto perjudicial en la salud. Estadísticas recientes revelan consecuencias notables, incluyendo 19.000 diagnósticos de cáncer, 33.000 casos de neumonía, 11.000 accidentes cerebrovasculares, 61.000 hospitalizaciones causadas por enfermedades cardiovasculares y más de 100.000 nuevos casos de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Llamado para una regulación independiente.

Un cigarrillo electrónico, conocido formalmente como Sistema de Aerosolización Electrónica de Nicotina (SEAN) o Sistema de Aerosolización Electrónica sin Nicotina (SESN), es un dispositivo alimentado por batería que calienta una solución compuesta de propilenglicol, glicerina y posiblemente aromatizantes a 250 grados Celsius, produciendo un aerosol para la inhalación del consumidor.

Además, el calentamiento de hojas de tabaco y cápsulas de nicotina especialmente diseñadas en productos de tabaco calentado (HTPs), sin combustión, ha sido considerado tóxico y carcinogénico por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por lo tanto, la OMS afirma que los HTPs deben ser regulados como "otros productos dentro de la categoría del tabaco" debido a la falta de datos suficientes que indiquen que son menos dañinos que los cigarrillos tradicionales.

El Ministerio de Salud en Argentina ha implementado regulaciones estrictas sobre los cigarrillos electrónicos y los dispositivos de calentamiento de tabaco debido a preocupaciones sobre sus posibles riesgos para la salud y su comportamiento adictivo.

Sin embargo, la asociación argentina de cigarrillos electrónicos reconoce que los cigarrillos electrónicos no son completamente inofensivos, pero afirma que reducen los riesgos asociados con el tabaco tradicional en un 95% para las personas que no pueden o no quieren dejar de fumar.

Como resultado, están solicitando una regulación independiente y no tratarlo al mismo nivel que el tabaco tradicional.

Juan Facundo Teme, presidente de la asociación, cree que el uso de los cigarrillos electrónicos en Argentina ha sido estigmatizado. Él insta al gobierno a estudiar medidas regulatorias en países como el Reino Unido y cuestiona por qué la prohibición es la única opción para los países de América Latina.

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¿Es razonable la prohibición de vapear en Argentina?