La Administración de Alimentos y Medicamentos ha expuesto una vez más una amenaza mortal para la salud de los estadounidenses: la propia FDA. La tasa de fumadores ha disminuido drásticamente entre los estadounidenses en la última década, pero ahora los burócratas de la agencia, con ansias de expandir su poder, están haciendo todo lo posible por revertir esa tendencia.
La FDA ha ordenado a Juul que deje de vender su cigarrillo electrónico (popularmente conocido como Juul), la tecnología más eficaz jamás ideada para inducir a los fumadores a dejar de fumar. La agencia también está proponiendo limitar la cantidad de nicotina en los cigarrillos tradicionales, un enfoque que ha fracasado en el pasado para alejar a los fumadores de su hábito y perversamente los induciría a obtener su nicotina de formas más peligrosas, ya sea fumando más cigarrillos o comprando cigarrillos de fuerza completa en el mercado negro.
La prohibición de Juul, temporalmente suspendida por un juez federal mientras Juul apela la orden de la FDA, desafía no solo los principios de la salud pública, sino también el sentido común político: ¿por qué antagonizar a millones de votantes en un año electoral quitándoles sus dispositivos de vapeo? La FDA concedió que no podía señalar ningún "peligro inmediato" para el público relacionado con Juul. Alegó que la compañía no proporcionó suficiente información sobre la seguridad de Juul, pero esa afirmación es dudosa: Juul gastó más de $100 millones en su solicitud a la FDA. En cualquier caso, es absurdo discutir sobre riesgos desconocidos menores en los cigarrillos electrónicos, que, según la agencia de salud pública del Reino Unido, se estima que son un 95 por ciento más seguros que los cigarrillos de tabaco.
La prohibición solo tiene sentido como un soborno para los burócratas e intereses especiales amenazados por los cigarrillos electrónicos, que brindan los muchos beneficios de la nicotina, como el control de peso, la mejora de la concentración y el rendimiento cognitivo, la reducción de la ansiedad y un mejor estado de ánimo, sin los miles de toxinas presentes en el humo del tabaco. Al igual que la cafeína, la nicotina crea dependencia y causa leve incremento temporal en la presión arterial, pero ambas son "bastante inofensivas", como concluyó la Real Sociedad Británica de Salud Pública.
Los activistas contra el vaping y sus aliados en la FDA han afirmado que los cigarrillos electrónicos sirven como una "puerta de entrada" al tabaquismo para los adolescentes, pero la tasa de tabaquismo en los adolescentes ha disminuido mucho más rápido durante la era del vaping que en años anteriores. Cuando se introdujeron los cigarrillos electrónicos hace una década, el 13 por ciento de los estudiantes de secundaria fumaban; hoy en día, esa cifra es inferior al 2 por ciento.
Nadie quiere ver a los adolescentes adictos al nicotina, pero ya es ilegal que ellos compren cigarrillos electrónicos. Las encuestas muestran que la tasa de vapeo entre los estudiantes de secundaria ha disminuido drásticamente en los últimos dos años, y que la mayoría de los adolescentes que vapean lo hacen solo ocasionalmente, a menudo sin nicotina. (La mayoría de ellos informan usar dispositivos de vapeo para marihuana, sin embargo, los activistas progresistas no utilizan eso como motivo para prohibir la venta de marihuana a los adultos.)
La tasa de consumo de tabaco entre los adultos también ha disminuido drásticamente durante la era del vapeo, especialmente después de la introducción de Juul, y los beneficios para la salud han sido evidentes. Un estudio reciente, que siguió a más de 30,000 estadounidenses durante seis años, encontró que la tasa de enfermedades cardiovasculares entre los usuarios de cigarrillos electrónicos era un tercio menor que la tasa entre los fumadores, y no diferente de la tasa entre las personas que ni fumaban ni vapeaban.
Otros estudios han demostrado que los cigarrillos electrónicos ayudan a los fumadores a dejar de fumar y son mucho más efectivos que otras terapias de reemplazo de nicotina (como los parches de nicotina o chicles). Incluso los fumadores que no tienen la intención de dejar de fumar tienen muchas más probabilidades de hacerlo si usan un cigarrillo electrónico al menos una vez al día. Juul ha tenido un éxito particular porque proporciona una alta dosis de nicotina en una forma que se absorbe rápidamente, como en un cigarrillo de tabaco. Un estudio encontró que el 50 por ciento de los fumadores que compraron Juul dejaron de fumar en un año. Otro estudio mostró que los fumadores tienen más probabilidades de dejar de fumar si usan un Juul de fuerza completa en lugar de uno con menos nicotina.
Estas son todas noticias maravillosas para la salud pública, pero malas noticias para las compañías que comercializan productos para dejar de fumar menos efectivos, así como para los activistas, académicos y burócratas que han construido sus carreras luchando contra los cigarrillos. Ahora que tantos estadounidenses han utilizado dispositivos de vapeo para dejar de fumar por sí mismos, ¿cómo pueden justificar su trabajo los activistas contra el tabaquismo? Hay mucho dinero en juego: más de 800 millones de dólares al año que la FDA recauda a través de las tarifas de los usuarios de tabaco, que se supone que se destinan a mejorar la salud reduciendo el daño causado por los productos de tabaco.
Para mantener el flujo de dinero, los burócratas definieron de manera engañosa al cigarrillo electrónico como un "producto de tabaco" y establecieron un nuevo objetivo de eliminar el uso regular de la nicotina. Desde que comenzó su campaña contra los cigarrillos electrónicos, el Centro de Productos de Tabaco de la FDA ha más que duplicado el tamaño de su personal, a más de 1,100 personas, y ha estado dispensando cientos de millones de dólares anualmente en subvenciones externas, gran parte de ellas a organizaciones sin fines de lucro que difunden mensajes anti-vapeo y a investigadores que abogan por la prohibición de la nicotina.
Desafortunadamente, la campaña de desinformación de la FDA ha sido exitosa, ayudada por periodistas principales que han creado un pánico moral al culpar a los cigarrillos electrónicos de muertes que realmente fueron causadas por productos de THC de mercado negro. Al principio de la era de los cigarrillos electrónicos, la mayoría de los estadounidenses se dieron cuenta de que eran más seguros que los cigarrillos de tabaco, pero en encuestas posteriores, la mayoría dice que los cigarrillos electrónicos son igual de peligrosos o incluso más peligrosos, una creencia equivocada que acortará la vida de muchos fumadores.
La prohibición de la nicotina es una meta inútil e irrealista. El abuso de alcohol es un problema mucho mayor que fumar entre los adolescentes, pero hemos aprendido que prohibir la venta de alcohol a adultos crearía mucho más problemas de los que resolvería. Lo mismo sucede con los cigarrillos electrónicos. Si la FDA tiene éxito en prohibir Juul y productos similares, los estadounidenses simplemente volverán a los cigarrillos de tabaco o acudirán a productores ilegales de dispositivos de vapeo menos seguros.
Hay al menos 4 millones de exfumadores adultos que dejaron de fumar con éxito utilizando cigarrillos electrónicos y siguen dependiendo de estos productos para mantenerse alejados del tabaco", afirma Michael Siegel de la Universidad de Tufts, quien ha estado estudiando el control del tabaco durante tres décadas. "Si la FDA desaprueba la mayoría de los cigarrillos electrónicos, el resultado final será que un gran número de exfumadores volverá al tabaquismo, lo cual sería una tragedia para la salud pública".
En el mundo de fantasía de la FDA, los fumadores serán salvados una vez que el nivel de nicotina en los cigarrillos sea reducido a niveles "no adictivos". La agencia anunció la semana pasada planes para limitar el nivel de nicotina en todos los cigarrillos, e incluso ha declarado que los cigarrillos con muy baja nicotina son "apropiados para la protección de la salud pública". Es una extraña recomendación para un producto mortal, especialmente considerando el fracaso pasado de los cigarrillos con baja nicotina para ayudar a los fumadores a dejar de fumar, como ha señalado el profesor de medicina de la Universidad de Louisville, Brad Rodu.
Si los únicos cigarrillos que permite la FDA son bajos en nicotina, esto es un escenario perfecto para el mercado negro", dice Rodu, quien escribe el blog Tobacco Truth. "La FDA ha prohibido a Juul, un sustituto del cigarrillo mucho menos peligroso y exitoso para millones de fumadores adultos estadounidenses, mientras respalda cigarrillos que contienen prácticamente nada de la nicotina esencialmente inofensiva y todas las toxinas de los cigarrillos tradicionales. Estas acciones ilógicas no tendrán ningún impacto en la cifra anual de medio millón de estadounidenses que mueren por fumar, o incluso podrían aumentarla perversamente".
Por ahora, la mejor esperanza para una política sensata se encuentra fuera de la FDA. Tal vez los tribunales protegerán a Juul de la locura de la FDA, y tal vez los políticos que se enfrentan a la reelección se pondrán del lado de los votantes que disfrutan de la nicotina. Pero mientras la agencia, con sus 800 millones de dólares en tarifas tabacaleras, siga bajo el control de los prohibicionistas de la nicotina, la FDA seguirá siendo peligrosa para la salud de los estadounidenses.
