Los datos de manera consistente demuestran que las personas con trastornos de salud mental tienen más probabilidades de fumar que aquellos que no los tienen, lo cual hace crucial incluirlos en los ensayos clínicos relacionados con el abandono del hábito de fumar. Desafortunadamente, la realidad parece ser lo contrario. El artículo, titulado "Desigualdades en los ensayos clínicos de cesación del tabaquismo que prueban la farmacoterapia: exclusión de fumadores con trastornos de salud mental", tiene como objetivo investigar la práctica y las razones de la exclusión de fumadores con trastornos de salud mental en dichos ensayos clínicos.
Un equipo de investigación analizó la base de datos de revisiones sistemáticas de Cochrane hasta septiembre de 2020 para obtener una evaluación de la terapia farmacológica para dejar de fumar. "Incluimos 279 ECAs de 13 revisiones de Cochrane. En todos los estudios, 51 (18,3%) excluyeron explícitamente a participantes con cualquier trastorno de salud mental, 152 (54,5%) los excluyeron condicionalmente según ciertos criterios de trastornos de salud mental y 76 (27,2%) no proporcionaron información suficiente para determinar la inclusión o exclusión. El estudio encontró que la probabilidad de excluir condicionalmente a fumadores con trastornos de salud mental fue 3,33 veces mayor (IC del 95%: 1,38 a 8,01, p=0,007) en los estudios sobre fármacos antidepresivos para dejar de fumar en comparación con los estudios sobre terapia de reemplazo de nicotina", informaron los investigadores.
De hecho, su conclusión fue que los ensayos clínicos que examinaban la seguridad y eficacia de los medicamentos para dejar de fumar carecían de una representación suficiente de fumadores con problemas de salud mental, pero no se recopiló suficiente información para explicar por qué. El estudio destacó la importancia de promover la participación de este grupo minoritario en los ensayos.
Mientras tanto, otros estudios han descubierto que las personas con problemas de salud mental tienen más probabilidades de fumar y les resulta más difícil dejar de fumar en comparación con aquellos que no tienen estas condiciones. Como resultado, se benefician enormemente de apoyo adicional para dejar de fumar y acceder a alternativas más seguras, al menos reduciendo su riesgo de enfermedades relacionadas con el tabaco.
Sin embargo, un artículo en el Psychiatric Times discute los factores importantes que los profesionales de la salud mental deben tener en cuenta al usar cigarrillos electrónicos, señalando la presencia de elementos peligrosos como zinc, plomo, cromo, manganeso y cobre en varios productos de cigarrillos electrónicos. El artículo, escrito por la Dra. Catherine Striley, profesora asociada y directora de Epidemiología Psiquiátrica en la Universidad de Florida, explica que aunque la mayoría de los ingredientes en los líquidos de los cigarrillos electrónicos pueden ser seguros para ingerir, podrían dañar potencialmente los pulmones y el sistema cardiovascular.
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