Los dispositivos de vapeo de cuarta generación aumentan el riesgo para las células inmunológicas.

CHAPEL HILL, NC - No todos los dispositivos de cigarrillos electrónicos son iguales. Algunos modelos de cuarta generación, como los dispositivos Juul, se asocian con cambios únicos en los marcadores de las respuestas inmunitarias en nuestras vías respiratorias, según un nuevo artículo revisado por expertos de investigadores de la Escuela de Medicina de la UNC, liderados por la toxicóloga Ilona Jaspers, PhD, directora del Centro de Medicina Ambiental, Asma y Biología Pulmonar de la UNC y directora del Currículo en Toxicología y Medicina Ambiental de la UNC.

Elise Hickman, autora principal y graduada reciente del laboratorio de Jaspers, y sus colegas, quienes publicaron su investigación en el American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, descubrieron que los usuarios de dispositivos de nicotina de cuarta generación que contienen sales muestran una mezcla única de biomarcadores celulares indicativos de supresión inmunológica.

Nuestro trabajo demuestra la importancia de considerar el tipo de dispositivo en futuros estudios clínicos, epidemiológicos y mecanicistas sobre los efectos en la salud de los cigarrillos electrónicos", dijo Jaspers, profesor de pediatría y microbiología e inmunología. "También creemos que esta investigación puede ayudar a los reguladores a determinar qué productos causan los tipos más graves de cambios biológicos en las células de las vías respiratorias, que son importantes para mantener una salud adecuada".

Los cigarrillos electrónicos han ganado popularidad en la última década. Algunas personas comenzaron a usarlos como una forma de dejar de fumar, pensando que el vapeo era una alternativa más segura, tanto a corto como a largo plazo. Además, debido a que los cigarrillos electrónicos no contienen alquitrán, los consumidores asumían que vapar disminuía su riesgo de desarrollar cáncer en el futuro.

Es imposible saber si el vapeo disminuye el riesgo de cáncer u otras enfermedades a largo plazo", dijo Jaspers. "Se necesitaron 60 años de investigación para demostrar que fumar causa cáncer". Los cigarrillos electrónicos llevan alrededor de 15 años en el mercado. "Sin embargo, las investigaciones de nuestro laboratorio y de muchos otros han mostrado muchos de los mismos efectos biológicos agudos en las vías respiratorias que hemos documentado en fumadores", dijo. "Y hemos observado algunos cambios en las células y defensas inmunológicas en las personas que vapean, que francamente nunca habíamos visto antes, lo cual es muy preocupante".

Lo más preocupante para los investigadores, médicos y funcionarios de salud pública es el hecho de que los adolescentes que de otra manera no habrían probado los cigarrillos comenzaron a usar cigarrillos electrónicos, que contienen nicotina, una droga con sus propias implicaciones para la salud, incluso más allá de la adicción, y miles de productos químicos, muchos de los cuales la FDA aprobó para el consumo pero no para la inhalación.

Varios estudios han documentado que inhalar aerosoles de nicotina cargados de químicos suprime las respuestas inmunes en las vías respiratorias de fumadores y usuarios de cigarrillos electrónicos. Algunos estudios, incluyendo algunos realizados en la UNC, han detallado cómo diferentes químicos en varios cigarrillos electrónicos, incluyendo los que conforman miles de sabores diferentes, tienen efectos adversos en las células de las vías respiratorias. El laboratorio de Jaspers, que ha estado a la vanguardia de esta investigación, se propuso estudiar los efectos de diferentes variedades de dispositivos de cigarrillos electrónicos. Para este estudio, su equipo recolectó muestras de esputo de las vías respiratorias centrales de no fumadores, fumadores y usuarios de dispositivos de cigarrillos electrónicos de tercera y cuarta generación.

Los dispositivos de tercera generación incluyen bolígrafos vapeadores y cajas modificadas. Los de cuarta generación incluyen cigarrillos electrónicos con sales de nicotina, como los productos de Juul, y cigarrillos electrónicos desechables, que se han vuelto cada vez más populares debido a las restricciones en la venta de productos Juul.

Los usuarios de cigarrillos electrónicos de cuarta generación tenían significativamente más células epiteliales bronquiales en su esputo, lo que sugiere una lesión en las vías respiratorias, ya que normalmente, las células epiteliales bronquiales forman una barrera intacta en las vías respiratorias y no se encuentran en muestras de esputo. Los niveles de dos proteínas, sICAM1 y sVCAM1, fueron significativamente más bajos en usuarios de cigarrillos electrónicos de cuarta generación en comparación con todos los demás grupos. Estas proteínas son importantes en la lucha contra infecciones y otras enfermedades.

Además, las proteínas CRP, IFN-g, MCP-1, uteroglobina, MMP-2 y VEGF fueron significativamente más bajas en los usuarios de cigarrillos electrónicos de cuarta generación en comparación con los de tercera generación, y todas estas proteínas son importantes para la defensa inmunológica general. Por lo tanto, cuanto más disminuidas estén estas proteínas, más suprimidos estarán nuestros sistemas inmunológicos. "Otro hallazgo clave del estudio fue que, al examinar la mezcla general de marcadores inmunológicos en lugar de uno por uno, los usuarios de cigarrillos electrónicos de cuarta generación tenían los cambios más distinguibles de todos los grupos, lo que indica un desequilibrio en la homeostasis inmunológica", dijo Hickman.

Esta investigación no revela evidencia de que los cigarrillos electrónicos causen cáncer, enfisema, EPOC u otras enfermedades a largo plazo asociadas con el consumo de tabaco a largo plazo. Sin embargo, los investigadores creen que la alteración de las respuestas inmunológicas en las vías respiratorias a lo largo de muchos años, especialmente en adolescentes, podría desempeñar un papel importante en el desarrollo de condiciones de salud a largo plazo y en la susceptibilidad a patógenos inhalados.

Los Institutos Nacionales de Salud financiaron esta investigación.

Elise Hickman, quien recibió un premio de Impacto de la Escuela de Posgrado de la Universidad de Carolina del Norte (UNC), es la primera autora del artículo, e Ilona Jaspers es la autora principal. Otros autores son Alexis Payton, Parker Duffney, Heather Wells, Agathe S. Ceppe, Stephanie Brocke, Aleah Bailey, Meghan E. Rebuli, Carole Robinette, Brian Ring, Julia E. Rager y Neil E. Alexis.

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