El gobierno de Nueva Gales del Sur lanzó recientemente una campaña educativa que costó $300,000 con el objetivo de abordar el problema del vapeo en los jóvenes. La directora de salud interina de Nueva Gales del Sur, Marianne Gale, afirmó que el "componente principal" de la campaña es el "Kit de herramientas Conoce los Datos sobre el Vapeo", dirigido a profesores, padres y estudiantes de entre 14 y 17 años, que contiene recursos y material educativo basado en evidencia.
El objetivo es involucrar a los jóvenes en conversaciones sobre los cigarrillos electrónicos y crear conciencia sobre los riesgos para la salud", afirmó el Dr. Gale. "Existe la creencia de que los cigarrillos electrónicos son completamente inofensivos o menos dañinos que los cigarrillos regulares, pero esto no es un hecho.
Sin embargo, Lucas enfatizó que tristemente, lo contrario es cierto. "Estos llamados cigarrillos electrónicos han sido exagerados en el mejor de los casos, y en el peor de los casos, no hay fundamento científico. El público australiano, jóvenes y adultos por igual, necesita tener absoluta confianza en cualquier declaración de salud en los sitios web del gobierno. Desafortunadamente, esta campaña está lejos de la verdad. En cambio, está llena de mentiras flagrantes", dijo refiriéndose a la campaña.
La estrategia antitabaco de Australia es ineficaz, según CAPHRA. Sugieren que si los australianos quieren conocer la verdad, deberían mirar a su vecino al otro lado del mar de Tasmania, Nueva Zelanda, donde los productos de cigarrillos electrónicos están disponibles para los adultos que esperan dejar de fumar sin receta médica. "Las mentiras que se difunden sobre los cigarrillos electrónicos en Australia son un grave mal uso de los fondos públicos, que deberían destinarse a mejorar el sistema de atención médica de Australia", dijo Lucas.
La situación a la que nos enfrentamos es que un jefe de salud en Australia está diciéndole activamente al público que los peligros de los cigarrillos electrónicos no son menos que fumar. Investigaciones internacionales contradicen firmemente esta afirmación. Ella no puede proporcionar ninguna evidencia para respaldar su declaración, sin embargo, los australianos siguen recibiendo este consejo costoso pero inútil. Esto es una verdadera vergüenza.
Lucas agregó que el enfoque local evidentemente ha fracasado ya que las tasas de consumo de tabaco no han disminuido. "Exigir a los médicos que receten ha decepcionado a 2.3 millones de fumadores australianos, sin mencionar a los aproximadamente 20,000 australianos que mueren cada año debido a enfermedades relacionadas con el tabaquismo. La tasa general de tabaquismo en Australia apenas ha cambiado en la última década, mientras que Nueva Zelanda ha reducido la suya a la mitad, en gran parte atribuido a que sus fumadores pueden acceder a alternativas menos perjudiciales de manera digna".
Los esfuerzos para reducir el daño causado por el tabaco han tenido resultados mixtos, según señaló la oradora. Sin embargo, añadió que el enfoque que se está adoptando en Nueva Zelanda está resultando efectivo. "Nueva Zelanda está siendo transparente con el público y va por buen camino para lograr su objetivo de 2025 de convertirse en un país libre de humo, reduciendo las tasas de tabaquismo por debajo del 5%. En contraste, los líderes sanitarios en Australia continúan prohibiendo la venta a adultos y destinando recursos públicos significativos a difundir historias alarmantes sobre los cigarrillos electrónicos.
Lucas, un experto en control del tabaco, ha concluido que el modelo médico de Australia para los cigarrillos electrónicos está fallando seriamente. Sugiere que la amenaza continua y la desinformación en torno a los cigarrillos electrónicos dificultarán que Australia logre su objetivo de reducir las tasas de tabaquismo al 10%. Lucas afirma que se necesita una nueva estrategia para erradicar el tabaco, ya que la actual claramente no es efectiva.
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