Durante el último año escolar en la secundaria, tomé un curso que me requirió escribir un trabajo de investigación sobre un tema que encontré interesante, relevante para la comunidad o de actualidad. Con esto en mente, decidí investigar el tema de los cigarrillos electrónicos, que ha sido debatido por científicos, miembros del congreso y padres durante la última década.
Mi estudio investigó el impacto de ver contenido promocional de cigarrillos electrónicos en Instagram en las percepciones de los adolescentes sobre los cigarrillos electrónicos. Creé una encuesta en línea y consulté las opiniones de 142 estudiantes de secundaria en el sur de Florida sobre el tema.
La mitad de los estudiantes miraron promociones de cigarrillos electrónicos en Instagram antes de responder la encuesta, mientras que la otra mitad no lo hizo. Si mi hipótesis estuviera correcta, el grupo que miró las promociones antes de responder las preguntas debería tener una opinión más positiva sobre los cigarrillos electrónicos que el grupo que no lo hizo. Sin embargo, después de llevar a cabo pruebas estadísticas, los resultados no demostraron esto.
Las respuestas de los dos grupos con respecto a sus percepciones sobre los cigarrillos electrónicos fueron casi idénticas. Por lo tanto, mi hipótesis no es respaldada, ya que observar promociones de cigarrillos electrónicos en Instagram no parece afectar las opiniones de los adolescentes de una escuela secundaria de Florida hacia los cigarrillos electrónicos.
¿Realmente funciona el movimiento anti-vapeo que tiene como objetivo prevenir que los adolescentes utilicen productos de cigarrillos electrónicos? Mi investigación ha revelado un hallazgo.
La gran mayoría de los estudiantes apoya el movimiento contra el tabaquismo, al igual que en los Estados Unidos. La FDA ha sido completamente ineficaz en la prevención del uso de cigarrillos electrónicos entre los jóvenes. De hecho, solo el 20% de los adolescentes reportan haber visto información en contra de los cigarrillos electrónicos en las redes sociales, mientras que el 80% restante afirma haber visto solo promociones o publicaciones de amigos utilizando cigarrillos electrónicos.
Esto plantea varias preguntas sobre si los métodos actuales para prevenir la adicción a la nicotina en adolescentes están llegando a su audiencia objetivo. ¿Deberían organizaciones como la FDA dejar de emitir videos que demonizan los cigarrillos electrónicos en un intento de desalentar a los adolescentes a usarlos? ¿Son atractivos realmente los anuncios de 30 segundos que se emiten durante programas de televisión para niños para los adolescentes obsesionados con las redes sociales?
Aunque las actividades de promoción de cigarrillos electrónicos en redes sociales pueden no tener un impacto tan grande en los adolescentes como se pensaba inicialmente, la investigación en el campo indica que las publicaciones dirigidas a adultos jóvenes y adolescentes con contenido de cigarrillos electrónicos sí tienen un impacto en la juventud y fomentan comportamientos similares.
Irónicamente, las publicaciones individuales sobre el uso de los cigarrillos electrónicos, en lugar de las promocionales, parecen ser las auténticas promociones. Si organizaciones como la FDA realmente desean reducir el uso de cigarrillos electrónicos en los jóvenes, tendrán que enfrentar esto directamente.
Además, es posible que la FDA esté considerando emprender acciones legales. Recientemente, la FDA rechazó la solicitud previa al mercado de la popular compañía de cigarrillos electrónicos JUUL. Esto no sorprende, teniendo en cuenta que en 2018 la FDA ya había lidiado con el contenido en redes sociales de la compañía que atraía a jóvenes.
Aunque el imperio de JUUL puede estar derrumbándose, todavía hay docenas de otras compañías de cigarrillos electrónicos autorizadas para vender sus productos. Estos cigarrillos electrónicos a menudo se pasan a los adolescentes, quienes luego utilizan las redes sociales para influir en sus amigos publicando sobre ellos en sus plataformas favoritas.
Si la FDA quiere resolver permanentemente este problema, no solo debe mejorar la comunicación con los adolescentes, sino también dirigirse a todas las compañías de cigarrillos electrónicos que primero les ofrecen productos, no solo a JUUL.
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