Varios gobiernos estatales y locales en Estados Unidos están intensificando las medidas contra los minoristas individuales de cigarrillos electrónicos, lo cual es perjudicial para el espíritu empresarial, la salud pública y la libertad individual.
Juul, una empresa líder en la producción de cigarrillos electrónicos con nicotina, ha sido noticia recientemente. La FDA ordenó retirar del mercado a Juul y prohibió la venta legal de sus productos. Sin embargo, un tribunal en el área de Washington D.C ha suspendido temporalmente la orden, permitiendo a Juul continuar vendiendo sus productos. Sin embargo, el futuro legal de Juul sigue siendo incierto.
Aunque el gobierno federal está tomando medidas fuertes contra Juul, los gobiernos estatales y locales están librando otra batalla en torno a los cigarrillos electrónicos. Varios estados y localidades en Estados Unidos han comenzado a restringir los lugares donde se pueden operar las "tiendas de vapeo", pero en Carolina del Norte todavía se permite en cierta medida, sólo se requiere un permiso para vender productos de cigarrillos electrónicos. Sin embargo, en todo el país se están implementando regulaciones más estrictas.
Las regulaciones en otros estados y localidades a menudo incluyen prohibiciones de abrir tiendas de cigarrillos electrónicos cerca de escuelas y guarderías, pudiendo extenderse estas prohibiciones a iglesias, parques y campos deportivos. El objetivo establecido de estas políticas es evitar la venta de productos de cigarrillos electrónicos a menores de edad, pero curiosamente, estas leyes no se aplican a las tiendas de conveniencia y a gasolineras, que suelen vender productos de cigarrillos electrónicos. Por lo tanto, aunque esté prohibido abrir una tienda de cigarrillos electrónicos cerca de una iglesia, la gasolinera al otro lado de la calle puede vender libremente productos de cigarrillos electrónicos.
Utah destaca como un estado con regulaciones particularmente estrictas. Para abrir una tienda de cigarrillos electrónicos en Utah, primero se debe obtener un permiso de cigarrillo electrónico del gobierno estatal, así como un permiso de venta de tabaco del departamento de salud local. Además, está prohibido abrir una tienda de cigarrillos electrónicos dentro de 1,000 pies de un "centro comunitario", que incluye escuelas, parques infantiles, guarderías y iglesias. También se aplican restricciones de densidad a los minoristas de cigarrillos electrónicos, siendo obligatorio que las tiendas especializadas en tabaco estén al menos a 600 pies de distancia entre sí. Por último, Utah va más allá al prohibir las tiendas de cigarrillos electrónicos dentro de 600 pies de propiedades agrícolas o residenciales. Al igual que en otros estados, estas regulaciones no se aplican a otros minoristas que puedan vender cigarrillos electrónicos, lo que crea un ambiente competitivo desigual.
Estas prohibiciones a menudo parecen ser la opción correcta. Debemos proteger la salud y seguridad de los niños y evitar que se expongan a sustancias dañinas. Sin embargo, este sentimiento no puede decirnos si estas prohibiciones tendrán el efecto deseado. En particular, ciertas políticas crean dificultades para los propietarios de tiendas de cigarrillos electrónicos y fumadores adultos que buscan productos de reducción de daños, y los tomadores de decisiones deberían considerar los hechos.
Además, estas prohibiciones generalmente no incluyen a otros minoristas híbridos que venden productos de cigarrillos electrónicos, como estaciones de servicio, supermercados y tiendas de conveniencia. Apuntar a los dueños de tiendas de cigarrillos electrónicos sin limitar la venta de estos productos en otras tiendas es un abuso del poder estatal. Estas tiendas de cigarrillos electrónicos suelen ser propiedad y estar operadas por propietarios de tiendas individuales que ya enfrentan requisitos de licencia, sistemas de impuestos engorrosos y otros requisitos, y ahora deben enfrentar un entorno competitivo aún más desequilibrado, compitiendo con grandes empresas como cadenas de supermercados y estaciones de servicio para vender cigarrillos electrónicos.
El gobierno no debería discriminar a industrias específicas y aquellos que buscan alternativas a los productos tradicionales de tabaco deben tener la opción de elegir cigarrillos electrónicos. Las políticas deben basarse en evidencia rigurosa y ser equilibradas para proteger tanto a los menores como a los usuarios de los cigarrillos electrónicos. Simplemente distinguir las ventas a menudo no logra estos objetivos, al tiempo que perjudica a los propietarios de pequeñas empresas y favorece los intereses de las grandes cadenas minoristas.
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